Segunda antorcha, donde el pasado y el presente cantaron juntos
El amor y romanticismo bajaron por las gradas del anfiteatro, hasta hubo propuesta de matrimonio. Hubo clásicos del reportorio litoraleño, con su equilibrio entre lo tradicional y moderno.
El folklore se renueva
Tras una vertiginosa carrera que los llevó a recorrer los principales escenarios del país, el dúo “Los Campedrinos” debutó en el escenario “Alcibíades Alarcón”. Sergio Prada y Agustín Fantili, abrieron con una chacarera “La Revancha”, ni bien sonaron los primeros acordes, el público acompañó a bailar en la pista.
Momentos después, el amor y romanticismo bajaron por las gradas del anfiteatro, con la interpretación de la zamba “Dueña de mí alma”. Oportunidad en la que una pareja de bailarines, Nicolás y Valeria, demostraron su talento para la danza. Y cual escena de película, sorpresivamente el joven se arrodilló, declaró públicamente su amor hacia la muchacha y le pidió matrimonio. Momento único qué conquistó al público.
Desde huaynos, zambas carperas, cuecas y hasta una chacarera, todo imbuido con una impronta juvenil y contemporánea, durante su presentación también homenajearon a Horacio Guaraní. El dúo continuó a puro ritmo que puso de pie a todos los presentes al son de ritmos festivaleros. Hasta que se vino el primer sapucai. Sergio y Agustín, sorprendieron para cerrar su actuación con canciones litoraleñas: Así se baila el chamamé y Puerto Tirol, fueron las elegidas.
Uno de los momentos más esperados fue el regreso del grupo Destino San Javier. Paolo Ragone, Franco Favini y Bruno Ragone, dejaron su sello característico: voces románticas y su equilibrio entre lo tradicional y moderno. La herencia del “Trío San Javier” se manifestó en cada acorde, al recordar a los grandes íconos del folklore argentino. Como no podía ser de otra manera, los gritos y coreo del público femenino estuvieron a la altura.
Como es costumbre en los espectáculos de Destino, las risas llegaron de la mano de un ida y vuelta con la gente en el que parodiaron temas de otros géneros musicales como “Yo soy sabalero”, “Bombón asesino” y “La danza de Los Mirlos”. Posteriormente Paolo, Franco y Bruno, cantaron Posadeña Linda desde las gradas del anfiteatro. Y cerraron con toda la fuerza del carnaval norteño.
Músicos desde la cuna
El calor transformó la jornada en un pequeño infierno pero cayó rendido ante el encanto y la magia del Litoral.
Con estilo propio, llevan años ratificando la estirpe chamamecera: se trata de Los Encina y Familia. Nito, Nico y el ídolo popular “Moni”, representaron los ritmos litoraleños. Caracterizado por su repertorio de excelencia y su virtuosismo, el guitarrista Pato García, nuevamente conquistó los corazones del público que participó de la segunda gala litoraleña. Acompañado de sus hijos y de artistas. Otro de los dúos que se hicieron presentes fue Paraná 2. Conformado por Leo González y Rafa Encina, quienes, sin olvidar sus raíces, sacaron a relucir el género del Chamamé.